La vigorexia es, en principio, un trastorno psicológico que tiene un importante condimento cultural. Se trata de la obsesión por lograr un físico musculoso y una determinada estética ligada al ejercicio en el gimnasio.
Quienes la padecen se vuelven dependientes del ejercicio y de otras formas de transformar la estética corporal, como las dietas estrictas. También viene acompañada de una sensación de insatisfacción recurrente, causada por nunca poder lograr el físico que se desea.
La vigorexia es común en gimnasios y otros centros deportivos, y se relaciona con disciplinas como el fisicoculturismo. También suele estar vinculada a la ingesta de sustancias que pueden ser perjudiciales para la salud, como los anabólicos y suplementos deportivos.
Pero aún cuando no se trata de sustancias estrictamente perjudiciales, este trastorno psicológico puede dejar una huella negativa en los hábitos alimenticios de quien lo sufre, llevando a un desequilibrio que puede ser peligroso.
Riesgos de las dietas proteicas
Es normal que quienes buscan aumentar su masa muscular, recurran a una dieta altamente proteica, a través de alimentos que contienen naturalmente proteína como carnes, pollos y pescados. Aunque también lo hacen consumiendo batidos proteicos de fácil absorción que pueden ser ingeridos antes o después de la práctica deportiva.
Pero este tipo de dietas, aunque pueden ser provechosas e inofensivas en niveles equilibrados, también pueden llevar al cuerpo humano a sufrir importantes desequilibrios y hasta a poner la vida de las personas en riesgo.
Por ejemplo, el exceso de proteínas también es la causa de trastornos cardiovasculares, debido a que la mayoría de ellas (las de origen animal) van acompañadas de grasas saturadas, que aumentan los niveles de colesterol en las arterias. Esto empeora la circulación sanguínea en general.
Además, un consumo excesivo y continuado de proteínas puede producir disfunciones en el hígado y los riñones, encargados de eliminar sustancias de desecho que se generan en el cuerpo a partir de las proteínas. Algunas de ellas son el amoniaco, la urea y el ácido úrico.
Particularmente, una ingesta desequilibrada de proteína animal puede llevar a la aparición de cálculos renales por los altos niveles de calcio que se depuran a través de los riñones y se pueden ir acumulando.
Cuida tu físico y tu mente
En Salud y Cuidado recomendamos trabajar la parte emocional y psicológica a la par del ejercicio físico para evitar caer en vigorexia y otras patologías similares. Siempre es recomendable consultar con nutricionistas si se quiere emplear una dieta deportiva, y consultar terapeutas especializados en esta área tampoco está de más.
Es clave mantener una ingesta razonable de frutas en la dieta, especialmente si se trata de un plan nutricional con altos niveles de proteínas. Esto evita la falta de minerales en el cuerpo. Lo importante es buscar un equilibrio, tanto físico como psicológico.
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Recuerda que toda la información aquí presentada es de carácter informativo. Nuestra recomendación es que ante cualquier sospecha relacionada con este padecimiento consultes a tu médico de cabecera.