La diabetes infantil es una enfermedad que afecta cada vez a un mayor número de niños a nivel mundial. Los hábitos alimenticios son un factor que afecta el cuerpo y puede acelerar o provocar diabetes en adultos o niños. Se considera que cuando el cuerpo deja de producir y utilizar insulina (una hormona que produce el cuerpo) de manera correcta la glucosa se acumula en la sangre y, entonces, se padece diabetes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen 442 millones de personas con diabetes a nivel mundial. Hace no muchos años, la diabetes tipo 2, o diabetes mellitus, se consideraba como una enfermedad de adultos; sin embargo, los niños están desarrollando este tipo de diabetes por alimentación no saludable saturada en grasas y azúcares, falta de actividad física y otros factores genéticos.
Daños que provoca la diabetes infantil
La diabetes tipo 2 consiste en que el cuerpo no aprovecha la insulina que se produce naturalmente; provocando complicaciones en diferentes órganos del cuerpo y afecta su funcionamiento, por lo que es una de las principales causas de muerte prematura. La diabetes puede ocasionar fallas como:
- Ceguera parcial o total
- Insuficiencia renal
- Accidentes cerebrovasculares
- Ataques cardiovasculares
- Falla del sistema circulatorio
Síntomas de diabetes infantil
Es complicado detectar la diabetes en sus primeras etapas si no se realiza un chequeo médico regularmente (1 vez al año), pero existen algunas señales de alarma.
- Sed extrema
- Hambre extrema
- Entumecimiento de extremidades (manos y pies)
- Visión borrosa
- Fatiga inexplicable
- Mala cicatrización o cicatrización muy lenta
- Infecciones recurrentes
- Mal aliento
- Mareos
Relación entre sobrepeso y diabetes infantil
El sobrepeso es una condición que se relaciona con la diabetes tipo 2, ya que 1 de cada 3 niños con sobrepeso padece diabetes tipo 2. El cuerpo se vuelve resistente a la insulina cuando en medida de que el peso aumenta.
Por esta razón es indispensable ofrecer una dieta saludable y balanceada a los niños, evitar el uso de fórmulas lácteas en los primeros meses de desarrollo y optar por la lactancia materna, evitar el consumo excesivo de frutas y dulces, así como jugos artificiales o bebidas con azúcar añadida.